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Sistema Inmune. Parte II



En el post anterior, hablábamos de las cuatro patas de la salud:


- Ejercicio

- Gestión del estrés

- Alimentación

- Descanso


Estas bases son las que van a hacer que tengamos un sistema inmune fuerte capaz de defendernos y evitar que nos pongamos enfermos.


Además a través de los suplementos, las plantas medicinales, las hierbas aromáticas, las especias y los aceites esenciales podemos hacer mucho para ayudar a nuestro organismo a lidiar con el cambio de estación, a superar momentos especialmente estresantes y a librarnos de la enfermedad.


Así que, como ya quedó claro en el artículo anterior que puedes leer aquí, qué es y como funciona y el sistema inmune (y si tienes alguna duda o pregunta, no dudes en ponerte en contacto conmigo), vamos a ir directamente al grano.


En la medicina china, el otoño es la estación que va unida a la tristeza, le corresponde el pulmón como órgano y el intestino grueso como víscera y se expresa al exterior a través de la piel.

Fíjate que esto tiene mucho sentido.


En el intestino se encuentra nuestra microbiota, cuyo bienestar es fundamental para tener un sistema adecuado. La piel forma parte de nuestro sistema inmune inespecífico, ese con el que venimos a este mundo, y también está plagada de bacterias beneficiosas para nosotros.

Si cuidamos el intestino cuidamos nuestro pulmón.


El sabor picante nos va a venir muy bien y si lo combinamos con alimentos de color blanco y naranja como la calabaza, la zanahoria, col, nabos, etc.. es pura medicina.

El kimchi por ejemplo, es una combinación perfecta porque además de contener esa nota picante y alimentos de otoño, es un fermento vivo.


Las cremas, las sopas, guisados, pucheros, potajes con cereales integrales o legumbres, reconfortan el cuerpo y el alma en momentos en que nuestro estado de ánimo está más bajo.


El jengibre, el ajo, la cebolla deberían estar siempre en nuestra cocina pero en esta época del año más que nunca por sus propiedades antivirales, antibacterianas, antifungicas, antitusivas, depurativas, antimucolíticas, etc..

Setas y champiñones, sobre todo Shiitake. Evitan la replicación de las células virales infectadas y las inducen a la apoptosis, o lo que es lo mismo, a que se suiciden.

La pimienta de cayena calienta manos y pies y mantiene la elasticidad de nuestro sistema circulatorio.

Albahaca, perejil, cilantro van a ayudar al sistema digestivo a digerir el alimento y al mismo tiempo tienen propiedades antibacterianas, mejoran catarros, gripes y afonias y el perejil en concreto es muy rico en vitamina C.


Hablando de vitamina C no podía faltar el limón y las naranjas.


Prepárate un guiso con cebolla, ajo, zanahorias, nabo, col rizada, mijo y lentejas, añádele un poco de cayena, cilantro y jengibre y termina con un chorrito de limón para potenciar la absorción del hierro de las lentejas. Además de estar delicioso y ser medicinal te va a entonar el cuerpo y el espíritu.

Esto en lo referente a alimentos e ingredientes que todos tenemos en nuestra despensa.



En cuanto a las plantas medicinales, podemos tener algunas en nuestro botiquín para usarlas cuando las necesitemos:


La equinacea aumenta las defensas naturales del cuerpo humano, previene infecciones recurrentes y es muy eficaz para el tratamiento de las infecciones del tracto respiratorio y los catarros.

El propoleo es maravilloso para tratar afecciones virales.

El extracto de pepitas de pomelo tiene multitud de usos por su riqueza en vitamina C y en bioflavonoides. Puede combatir unos 800 tipos de bacterias y virus.

El eucalipto es una de las plantas mas efectivas que se conocen para tratar problema bronocpulmonares, calma la tos producida por faringitis, laringitis,

El tomillo facilita la expulsión de flemas.

Las perlas de aceite de orégano son el antibiótico natural más potente que existe sin dañar la flora intestinal.

La Ashwagandha es una planta adpatogena que ayuda a regular los niveles de estrés, calma y centra. La he incluido porque, como ya sabemos, la gestión del estrés es fundamental para mantener nuestra inmunidad, por tanto nos va bien siempre.

El aceite de hierba de San Juan es un antidepresivo natural maravilloso. Date unas friegas después de la ducha y notarás la diferencia.


En cuanto a los suplementos, a no ser que te de el sol cada día unos veinte minutos, te aconsejo tomar vitamina D durante los meses de más oscuridad.

La falta de esta vitamina lleva a infecciones virales y bacterianas de forma recurrente, depresión, enfermedades neurológicas, síndrome metabólico, etc..


Si te cuesta conciliar el sueño, cambia los somníferos por buenos hábitos de sueño y por melatonina, inmunorreguladora y preventiva.

Tomar un complejo de vitaminas del grupo B y probióticos un par de veces al año, sobre todo en otoño y/o invierno, va a ser una gran ayuda para tu sistema inmune.

Finalmente un suplemento de ácidos grasos omega-3 es fundamental para bajar inflamación, además mejora la memoria y la concentración con lo que te vas a sentir más mejor.


Pero ojo que no tienes que tener todo esto en casa ni tienes que tomarlo todo a la vez.

Mi consejo es que acudas a unx profesional que te oriente y vea qué es lo que mas te interesa.

Si además te alimentas a base de fruta, verdura, legumbres, hortalizas, frutos secos, semillas, grasas saludables, te mueves, descansas y eres capaz de gestionar tus niveles de estrés, te garantizo que vas a ver cambios positivos en tu estado de ánimo, tu salud y tu inmunidad.

Espero tus comentarios!



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